Si estás leyendo este artículo es porque tu bebé ya está listo para comenzar con la alimentación complementaria, una fase que despierta preocupación entre muchos padres pero con la que te vamos ayudar. En este artículo de Apoteka nos centramos concretamente en los tipos de alimentos que pueden tomar los bebés de 10 meses y cuál es la cantidad recomendada.
A partir del sexto mes ya es aconsejable introducir de forma paulatina otros alimentos complementarios a la leche materna o de una fórmula infantil. Según indica la Asociación Española de Pediatría (AEP), esta incorporación no debe producirse antes porque es conveniente esperar hasta que el organismo tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune, que llega generalmente a partir del medio año de vida.
Los pediatras consideran que un bebé está preparado para tomar alimentos sólidos cuando adquiere las destrezas psicomotoras que permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Sin embargo, no se pueden introducir todos los alimentos a la vez. Al principio se recomienda ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro y zinc. Además, es aconsejable incorporarlos de uno en uno, con intervalos de unos días, para observar la tolerancia y la aceptación y no añadirles sal, azúcar ni edulcorantes, para que el bebé se acostumbre a los sabores naturales.
Desde el sexto mes y hasta el año, la AEP recomienda que, además de la leche materna o de fórmula, se incorporen los siguientes alimentos:
En cuanto a las frutas y verduras, la AEP asegura que se pueden introducir "progresivamente" todas ellas en cualquiera de las comidas diarias, excepto las verduras de hoja verde con alto contenido en nitratos, como la acelga, la espinaca o la borraja, por el riesgo de metahemoglobinemia. Tendrás que esperar a que cumpla el año para que las pruebe.
Por otro lado, insiste en que "los zumos de frutas no ofrecen ningún beneficio nutricional respecto a la fruta entera". Y, por tanto, recomienda apostar por la segunda, ya que se minimiza el riesgo de sobrepeso y la aparición de caries.
Mientras, los cereales pueden introducirse en polvo disueltos en leche o purés, en forma de arroz hervido y chafados. Además, es preferible evitar los azúcares y, por ello, los especialistas desaconsejan aquellos que contengan miel o azúcares añadidos en su composición.
Sobre los alimentos ricos en proteínas (carnes rojas, pollo, pescado, huevos y legumbres), afirman que se pueden ofrecer en forma de puré o cocinados y desmigados. Todos los productos son aptos en los primeros diez meses, pero hay que limitar el consumo de pescados como el emperador, el pez espada, el cazón, la tintorera y el atún, por la posibilidad de contaminantes como el metilmercurio.
La introducción a la alimentación complementaria es un proceso gradual y, en consecuencia, las porciones han de ser inicialmente pequeñas, aumentándolas conforme crece el niño y recordando que "el alimento principal sigue siendo la leche materna".
Por ello, señalan que "el lactante es el que decide cuánta cantidad come". De este modo, deben respetarse las señales de hambre y saciedad del bebé "sin forzar a comer o distraer".
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