Iniciar una dieta celíaco no tiene que ser aburrido. Si combinas bien los ingredientes, puedes lograr platillos deliciosos que ayudan a controlar los síntomas de la enfermedad celíaca y otras afecciones que se relacionan con el consumo de gluten.
La enteropatía sensible al gluten o celiaquía afecta al 1% de la población y se estima que hay un grupo importante de pacientes que no han sido diagnosticados. En estos casos, una alimentación sana y supervisada por un nutriólogo es fundamental para evitar complicaciones.
¿No sabes cómo hacer una dieta para celíacos? Aquí te dejamos información valiosa con la que puedes empezar un estilo de vida más saludable.
Cuando se diagnostica la enfermedad celíaca, es prioridad evitar el daño intestinal. Para lograrlo hay que eliminar de la dieta diaria los alimentos que contienen gluten.
De primera mano puede resultar abrumador, pero estar informado es clave para alcanzar el éxito en el proceso.
El mercado está lleno de productos con gluten, no solo las harinas y cereales. También la pasta de dientes, condimentos, embutidos, entre otros, tienen esta proteína entre sus componentes.
Por fortuna, la sociedad es cada vez más consciente del daño que puede ocasionar el gluten a ciertas personas y, en la actualidad, hay alimentos y otros artículos gluten-free.
Es importante que sepas que, padecer la enfermedad celíaca no es una sentencia para un sinfín de restricciones.
La dieta celíaco solo es un estilo de vida en el que se comen más alimentos frescos y sanos, y se deja de lado el pan, la pasta y otros derivados del trigo, la cebada, el centeno y el triticale (cereal híbrido).
Para seguir una dieta sin gluten, debes conocer cuáles son esos alimentos que sí puedes incorporar a tu dieta y que te permitirán preparar menús más saludables. ¡Toma nota!
Como puedes darte cuenta, tienes una gran variedad de alimentos para llevar una dieta balanceada.
Cuando elabores tu menú, extrema las precauciones con las golosinas, gaseosas, alimentos con chocolate, salsas, condimentos, colorantes, quesos fundidos, patés. Y por supuesto, con las harinas, porque son los prohibidos.
Lo primero es conocer el concepto de gluten. Se trata de una proteína que se encuentra presente en el trigo, la cebada, el centeno y el triticale. Tiene propiedades emulgentes, aglutinantes y gelificantes.
Se usa mucho en la industria alimentaria, porque es una proteína económica que ayuda a mejorar el sabor de los productos. En el sector panadero y pastelero, por ejemplo, hace que las masas se esponjen y adquieran una mejor consistencia.
Como ya lo mencionamos, estar informado es fundamental para llevar una dieta libre de gluten. En este punto, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos es enfático al mencionar que la mejor manera de evitar los alimentos con gluten es revisando las etiquetas.
Entonces, cuando compres alimentos, cerciórate de que tengan la etiqueta libre de gluten o examina el contenido nutricional para ver si entre sus componentes se encuentra esta proteína.
También es importante que sepas que, en algunos casos, la avena puede contener gluten. De forma natural es una proteína ausente, pero en la industria alimentaria existe la probabilidad de que se contamine con trigo, cebada y centeno en el proceso de producción.
La respuesta es no. Para hacer una dieta celíaco o cualquier otra, es indispensable acudir al médico. En especial si sospechas que tienes una enfermedad asociada al consumo de gluten o si padeces los síntomas comunes de los celíacos.
La razón es que todos somos diferentes y las necesidades nutricionales de cada persona varían de acuerdo con una serie de factores como la estatura, el peso, la actividad física y el estado fisiológico.
Realizar una dieta sin asesoramiento médico puede derivar en consecuencias para la salud como anemia, osteoporosis, problemas gástricos, de riñón, hígado, entre otros.
Para los pacientes con celiaquía, la dieta libre de gluten es la diferencia entre llevar una vida sana o padecer de serios problemas intestinales.
Sucede que esta proteína daña severamente las vellosidades del intestino, lo que ocasiona dolores abdominales, vómitos, diarrea crónica y déficit nutricional.
Así que, si eres celíaco o tienes sospechas de serlo, es momento de acudir al médico y comer más sano.
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