La fiebre es un síntoma muy frecuente entre los bebés. Sin embargo, los padres -sobre todo los primerizos- se preocupan cuando sus hijos tienen unas décimas de más y, sin necesidad, acuden rápidamente al hospital.
Por ejemplo, es muy habitual que un bebé presente fiebre cuando le están creciendo los dientes. En este caso, solo hay que controlar la temperatura y estar atento a que no aumente.
Para evitar visitas innecesarias, en este artículo vamos a averiguar cuándo hay que acudir a urgencias; situación que va a depender de la edad del bebé y la fiebre que tenga.
La fiebre es el aumento de la temperatura corporal por encima de los 37 grados durante un tiempo prolongado en respuesta a alguna patología o padecimiento. Las principales causas son inflamatorias e infecciosas, aunque hay una interminable lista de enfermedades que pueden ocasionarla.
El cuerpo humano no mantiene la misma temperatura a lo largo del día, va subiendo y bajando según transcurren las horas. Por esta razón, hay que constatar que este aumento se mantiene durante bastante tiempo. Para confirmarlo, utiliza siempre un termómetro y colócalo debajo de su axila.
Si al tomar la temperatura en la axila presenta 38 grados o más, "hay que llevarlo de forma urgente al pediatra. No esperar a ver si mejora", indica la farmacéutica Mª Luisa Hermosa Sánchez, del Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla.
Cuando la temperatura no alcanza los 38º y tiene buen estado general, "podemos probar a desabrigarlo un poco, ponerle paños húmedos en las flexuras de brazos y piernas y ver cómo evoluciona", señala.
Cuando la tempeartura no supera los 39º, presenta buen estado y no tiene antecedentes de riesgo, "lo llevaremos al pediatra si le hemos dado algún antitérmico y no le ha bajado la temperatura", informa. En caso de que la fiebre baje pero aún tengas dudas, la especialista recomienda acudir a la farmacia más cercana para pedir consejo.
En cualquier caso, advierte de que siempre debemos acudir al pediatra cuando:
Además de tener la temperatura alta, también es posible que el bebé que presenta fiebre luzca una piel más pálida; tenga poco apetito; se muestre irritable o no se sienta bien, en general. En la mayoría de los casos, la fiebre es inofensiva y mejorará por sí sola. No obstante, es recomendable saber cómo bajarla en casa si no presenta otros síntomas de gravedad.
En este escenario, la farmacéutica facilita las siguientes pautas:
Además, avisa de que "no es necesario castigarlos sin salir a la calle" si su estado general es bueno. Con todo, insiste en acudir a la farmacia si surge cualquier duda.
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