La mastitis es una infección de la glándula mamaria y constituye una de las principales causas de abandono evitable de la lactancia materna. Sin embargo, no es necesario amamantar para desarrollar este trastorno. Otro de los orígenes de esta afección son las grietas del pezón que pueden actuar como puerta de entrada para cualquier bacteria.
Pero, ¿cómo identificarla? Cuando se padece mastitis, explican los expertos, los pechos están muy inflamados, tienen un aspecto enrojecido y, además, notas más calor y mucho dolor. Si notas estas molestias, es importante que acudas al ginecólogo, ya que en el 10 por ciento de los casos el cuadro clínico puede complicarse.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) denomina mastitis a toda inflamación del tejido mamario, esté asociada o no a una infección y se produzca durante la lactancia materna o fuera de esta, aunque la más frecuente sea en el posparto.
De hecho, indican que la mastitis es la principal causa del destete precoz y se presenta en aproximadamente el 10 por ciento de los casos, con independencia de la edad y el tipo de parto. Sin embargo, sí existe una mayor incidencia entre las madres primerizas.
Según Elena Bescós, ginecóloga de la Unidad de la Mujer de Quirónsalud Zaragoza, los factores más comunes de la mastitis puerperal son:
Además, añade otros motivos que pueden aumentar el riesgo de esta patología, como:
Para aliviar los dolores o paliar las molestias, la doctora destaca que lo más habitual es recetar un tratamiento a base de antibióticos. Incluso, podría realizarse un cultivo de la leche materna en casos de larga evolución o recidivantes.
Además, subraya la necesidad de seguir amamantando, para favorecer el vaciado de las mamas durante cada toma y evitar así la aparición de grietas y la retención de leche a consecuencia de una acumulación de líquidos.
Por el contrario, se procederá a un drenaje quirúrgico si hay una mala evolución y se forma un absceso.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) y Elena Bescós comparten las siguientes indicaciones para reducir el riesgo de mastitis, tanto en periodo de lactancia como por otras causas ajenas:
"La extracción frecuente y efectiva de la leche es fundamental para tratar la mastitis", insisten los pediatras, quienes recuerdan que la extracción más eficaz se realiza con la succión del niño y que "la leche del pecho enfermo no supone riesgo para el lactante".
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