Si tu bebé está empezando a tomar alimentos distintos a la leche, quizás te hayas planteado la posibilidad de introducir la fruta a partir de zumos. Es una buena forma de facilitar la ingesta de productos que aún no conoce y cuyo sabor le puede resultar extraño, ¿pero son igual de saludables que una pieza de fruta?
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), "los zumos de frutas no ofrecen ningún beneficio nutricional respecto a la fruta entera". De hecho, advierte de que "su ingesta elevada puede contribuir a la ganancia inadecuada de peso, en algunos casos sobrepeso y, en otros, escasa ganancia ponderal, al desplazar el consumo de otros alimentos".
La AEP explica que el zumo es el resultado de exprimir o licuar frutas y/o verduras extrayendo casi todos sus nutrientes y vitaminas, excepto la fibra. Se pueden hacer en casa y también comprar en el supermercado. Sin embargo, ninguno de los dos está recomendado.
Los zumos envasados, concretamente, están fabricados a base de agua y concentrado de frutas. Y, aunque se puede pensar que son una buena opción para la hidratación de tu hijo, no es lo más conveniente porque:
A pesar de que se pueden hacer excepciones en ocasiones especiales como cumpleaños o escapadas de fin de semana, el mismo organismo señala que la costumbre de tomar zumos todos los días y motivar que su consumo se convierta en un hábito es "perjudicial".
Además, alertan de que los padres y/o cuidadores tienen que ser "inflexibles" a la hora de mojar el chupete en azúcar o miel para que el bebé se calme, así como dejarle dormir con un biberón de leche o de zumo en la boca. "Una alternativa más saludable que exprimir la fruta es hacer batidos con leche o yogur y triturarlo todo", aconsejan. No obstante, insisten en que es "mucho más sano y nutritivo" tomar la fruta entera con su pulpa y piel (siempre que se pueda) porque, aunque contiene azúcares, también mantiene su fibra.
Según la Academia Americana de Pediatría, el consumo de zumos de frutas en bebés y niños pequeños puede estar asociado a:
Por ello, "no deben utilizarse como sustitutivo de la leche materna (o de fórmula), pues estas contienen nutrientes que no se encuentran en el zumo", como son las proteínas, las grasas o la fibra, entre otras. El zumo, concluyen los pediatras, "no tiene un papel esencial en las dietas equilibradas de bebés y niños, y tampoco es igual que el consumo de fruta sólida".
En cuanto a qué fruta elegir, no hay un consenso claro sobre ello. Todas son aptas y dependerá de las preferencias de la familia. Sin embargo, los expertos recomiendan empezar con la pera, la manzana o el plátano.
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