Las flores de Bach son consideradas por algunas personas como una terapia para las emociones. Entre los años 1928 y 1934, el doctor Edward Bach recolectó de la campiña inglesa numerosos tipos de flores (en concreto 38) y estudió los beneficios que podían tener para el ser humano.
Este profesional de la Medicina tenía la opinión personal de que los desequilibrios emocionales eran los causantes de las enfermedades mentales. En este sentido, defendió el uso de terapias florales para apaciguar las emociones en personas de todas las edades.
Sin embargo, no hay evidencia científica que avale lo que expuso Edward Bach. "No es un tratamiento médico porque no se ha demostrado eficacia mediante un estudio clínico como sí que se hace con cualquier medicamento o terapia", comenta Carlos de Pablos Martínez, farmacéutico experto en Farmacovigilancia.
Por su parte, la Organización Médica Colegial (OMC) tampoco la reconoce como una práctica médica. La falta de información hace que muchas personas opten por estos remedios naturales sin ser conscientes de los peligros que conllevan.
"El riesgo principal es la no resolución del problema de salud de base si se rechaza el uso de la terapia estándar que ha demostrado ser eficaz. También pueden sufrir efectos secundarios, ya que no han sido estudiados en ensayos clínicos o en farmacovigilancia", comenta el farmacéutico.
¿Cuál es la principal recomendación? Según comenta De Pablos, lo mejor es "acudir al facultativo, médico o farmacéutico, confiar en su criterio y basarse en evidencias".
Por su parte, el Ministerio de Sanidad, cuenta con un documento de análisis de las terapias naturales donde subrayan "la escasa evidencia científica disponible sobre la efectividad y su uso adecuado", lo cual refuerza la idea de "una aproximación cautelosa al uso de las terapias naturales".
"Mientras que la medicina convencional ha adoptado para la evaluación de los procedimientos terapéuticos el patrón oro del ensayo clínico aleatorizado, las terapias naturales han centrado la evidencia de su utilidad en la tradición y la experiencia individual y colectiva de su uso", señalan desde el Ministerio de Sanidad.
"Muchas de estas terapias han empezado a ser evaluadas con métodos científicos a finales del siglo XX y son muy recientes los protocolos consensuados de evaluación para la aplicación específica a muchas de estas terapias", apunta el documento.
Esta sería la lista que elaboró Bach, agrupando en siete grupos las 38 flores que encontró en la campiña inglesa.
Además, esta terapia fue precursora de otras como la terapia floral de Bush, que se realiza con flores nativas de Australia; la terapia floral de orquídeas amazónicas o la terapia floral de California, muy similar a la de Bach.
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