La lubricación ocular es esencial para mantener una buena salud de nuestros ojos. Pasar muchas horas delante de las pantallas, utilizar lentes de contacto (lentillas) o sufrir cambios hormonales pueden hacer que suframos de ojo seco. Para combatir la sequedad del ojo existen las lágrimas artificiales, los farmacéuticos señalan los diferentes tipos de gotas y cómo aplicarlas.
"Las lágrimas artificiales son productos sanitarios compuestos por agua, electrolitos, polímero viscoso y componentes lipídicos en algunos casos", explican fuentes del Consejo General de Farmacéuticos (Cgcof) en este vídeo. "Se administran por vía tópica con el fin de aliviar los síntomas del ojo seco aumentando la humectación y lubricación", añaden.
Hay que diferenciar entre dos tipos de lágrimas artificiales, según si su viscosidad es baja o alta.
Los farmacéuticos detallan que las lágrimas artificiales con baja viscosidad tienen unas características particulares:
Los oftalmólogos recomiendan este tipo de lágrimas como un primer paso e indican que se puede aumentar su frecuencia de uso e incluso combinarlas con otras lágrimas, según la gravedad de la sequedad. Asimismo, son muy adecuadas para usuarios que utilizan lentes de contacto, es decir, lentillas.
Por otro lado, existen las lágrimas artificiales con alta viscosidad, los farmacéuticos explican que se diferencian de las de baja viscosidad porque:
Desde el Cgcof subrayan que se deben evitar las gotas que lleven conservantes, como el cloruro benzalconio, porque pueden dañar la córnea. Además, el uso de estas lágrimas empeora los síntomas de la sequedad ocular, así que no cumplirían con la función deseada.
Para aplicar las lágrimas artificiales, sean cuales sean, Olegario Cortiñas Fariña, vocal de Óptica-Oftálmica y Optometría del Colegio de Farmacéuticos de A Coruña (Cofc) aconseja seguir estos dos pasos:
El experto considera las lágrimas una buena solución para mantener la lubricación y evitar daños oculares. "La córnea y la conjuntiva escleral deben estar permanentemente húmedas y lubricadas para lo cual parpadeamos 20 veces por minuto, es decir unas 20.000 veces al día. Para evitar un daño excesivo en la córnea y la conjuntiva la lágrima debe ser perfecta", afirma.
En esta línea, Cortiñas especifica que la cantidad de secreción lagrimal que generamos de forma natural varía por diferentes factores como la edad, los cambios hormonales (por ejemplo, durante la menopausia), la ingesta de medicamentos, el uso de aire acondicionado y ventiladores o las alergias.
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