El Día Mundial del Lavado de Manos se celebra cada 15 de octubre y es un llamamiento para concienciar a la población de que un poco de agua y jabón pueden salvar muchas vidas.
Se trata de un hábito que nos han inculcado desde pequeños, pero que ha cobrado especial relevancia a raíz de la pandemia por coronavirus. Por ello, queremos recordarte una vez más por qué lavarse las manos es tan importante.
El lavado de manos es una de las maneras más efectivas y baratas de prevenir enfermedades. Una correcta higiene de manos es una estrategia clave para frenar la diseminación de bacterias resistentes a los antibióticos.
Así, la Covid-19 ha visibilizado la importancia del lavado de manos como una de las medidas más eficaces para prevenir la transmisión de infecciones. Según Unicef, las enfermedades diarreicas e infecciones respiratorias agudas causan la muerte de 3,5 millones de menores cada año y afectan a la salud de millones más, tanto en países en desarrollo como en países industrializados.
Sin embargo, lavarse las manos solamente con agua no es suficiente. Usar jabón facilita la frotación, lo que permite disolver la grasa y eliminar la suciedad que contienen la mayoría de los gérmenes.
Tampoco puedes hacerlo de cualquier manera. Hay un proceso específico para que sea efectivo. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) lo simplifica en cinco pasos:
En caso de no disponer de agua y jabón, el COFM recuerda que puedes desinfectarte con geles hidroalcohólicos que contengan al menos un 70 por ciento de alcohol. En cambio, no se recomienda este tipo de productos a menores de tres años y se aconseja su uso bajo supervisión de un adulto en menores de cinco años.
La farmacéutica del COFM Cristina García-Agulló Pardo ha enumerado las situaciones en las que una buena higiene de manos es clave:
A pesar de ser una costumbre muy extendida, y aunque se ha corregido notablemente con la pandemia, hay que recordar que no se debe poner la mano cuando estornudamos o tosemos. Con este gesto contribuimos a transmitir la infección a cualquier persona u objeto que toquemos, ya que los virus presentes en la saliva y la tos pasarán a las manos.
Lo deseable al estornudar o toser es cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo y desecharlo inmediatamente. Si no disponemos de uno, podemos utilizar el brazo, a la altura del antebrazo o del codo. De este modo, la posibilidad de propagar el virus es menor.
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