Con la edad la gravedad hace estragos, perdemos reflejos y ya no tenemos la vista de lince de cuando éramos jóvenes. La presbicia o vista cansada es un problema ocular que suele aparecer a los 40 años y para el que hay que poner solución. En las farmacias encontramos lentes específicas para ello, a continuación detallamos sus características.
"La presbicia se manifiesta más cuando los objetos están próximos porque cuanto más corta es la distancia más esfuerzo acomodativo hace falta. Es por esto que se traduce en una dificultad para enfocar los objetos cercanos", indica Paco Coello, vocal de Óptica y Audiología del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra (COF de Pontevedra) "Afecta entonces a actividades como la lectura, costura o cualquier otra realizada a distancias similares", añade.
Es importante entender que no se trata de ninguna alteración anormal o patología, sino que es un proceso fisiológico, "fruto de una evolución natural de las funciones corporales".
El farmacéutico explica que se produce porque la acomodación para poder enfocar bien una imagen se realiza alterando la curvatura del cristalino (lente natural que se sitúa por detrás de la pupila) y esta curvatura la puede alterar gracias a unos músculos que lo rodean y mantiene suspendido. "Simplemente ocurre algo tan natural como que con la edad el cristalino se endurece y cada vez le es mas difícil a los músculos conseguir su propósito a la vez que estos tampoco tienen la misma fuerza que en una edad más joven", concreta Coello.
Este es un proceso lento y progresivo cuyo inicio se sitúa en los 40 años. Dependiendo de las necesidades de visión cercana de la personas, lo normal es que necesite una solución cuando se tenga entre 45 y 50 años.
Este especialista indica que lo mejor es adquirir unas gafas de presbicia que se adapten a la persona, "con su corrección exacta en cada ojo y los parámetros de montaje medidos y en su sitio correcto". No obstante, cuando no se quiere optar por eso, la farmacia dispensa gafas premontadas para la presbicia, y si no es en una óptica, las boticas son el siguiente centro sanitario más formado para comprarlas, según Coello.
Las gafas premontadas de farmacia se caracterizan por:
"Lo mejor para elegir una gafa premontada es que la persona conozca su necesidad para visión próxima y pedir directamente esa graduación", afirma Coello. "De otro modo sería una elección aproximada haciendo comprobaciones con varias graduaciones lo que no es un sistema recomendable", añade.
El especialista concreta que estas gafas de farmacia pueden ser útiles para una solución momentánea, por ejemplo si se sale de viaje y se olvidan las gafas en casa. "Yo la recomendaría para un uso esporádico de este tipo donde es necesaria la inmediatez", argumenta.
Además, deben utilizarse solo para visión próxima en un margen de entre 35 y 40 cm de distancia y retirarlas cuando se pase a una visión lejana.
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