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¿Qué es la tiña en la piel? Causas, síntomas y tratamiento

¿Compartes tus cepillos de cabello, toallas o camisetas deportivas? ¿Sudas y repites ropa sin lavar? ¿Vas sin calzado a la sauna o gimnasio? En cualquiera de estas situaciones y muchas otras, existe el riesgo de adquirir tiña en la piel.

Esta infección fúngica es bastante molesta. Causa comezón, manchas rojas y es de fácil contagio entre personas o mascotas afectadas. También, se puede transmitir al entrar en contacto con objetos o superficies infectadas.

Si quieres saber cómo tu familia y tú pueden prevenir esta afección, sin enloquecer con la limpieza, continúa leyendo.

¿Que es la tiña y cómo se contagia?

La tiña en la piel es una enfermedad causada por dermatofitos, unos hongos muy comunes que crecen en las capas superficiales de la piel. Se alimentan de la queratina, una proteína muy abundante en nuestra piel, uñas y cabellos.

La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) explica que los síntomas de esta infección fúngica son:

Manchas enrojecidas, en forma de anillo. La zona interior es más clara.
La piel puede lucir seca y escamosa, hinchada o con ampollas.
Comezón en la zona afectada.
Si el área tiene cabellos o vellos, se puede perder pelo en el sitio de la erupción.

La Academia Americana de Médicos de Familia agrega que la tiña puede afectar a cualquier persona, incluso a los niños, donde suele ser una infección frecuente.

Otros grupos más susceptibles a esta enfermedad son:

Las personas que realizan trabajos al aire libre.
Los que van a gimnasios o saunas.
Los que entran en contacto con ropa, toallas, sábanas o mobiliario contaminado.

¿Hay varios tipos de tiña?

La tiña de la piel, o Tinea corporis, puede afectar varias zonas del cuerpo. Puede recibir varios nombres para hacer referencia a la zona que está siendo directamente afectada. Por ejemplo:

Cuando afecta al pie se le llama Tinea pedis o pie de atleta.
La tiña inguinal (Tinea cruris) aparece en la ingle, nalgas o interior de los muslos.
La tiña que afecta las mejillas o el área de la barba se le denomina Tinea barbae.
En los niños, la más frecuente es la Tinea capitis o tiña del cuero cabelludo, pero los adultos también lo sufren.
La Tinea manuum es la que se observa en las manos.
Cuando crece en las uñas, se le dice tiña ungueal u onicomicosis.

¿Cómo curar la tiña?

Para eliminar la tiña de piel y prevenir que regrese es recomendable evitar la automedicación y los tratamientos caseros.

Debes acudir a un especialista en dermatología, quien hará el diagnóstico y podrá indicar pomadas, cremas o geles. En los casos más graves, los medicamentos antimicóticos orales pueden ser más efectivos.

Para tratar la tiña corporal, de acuerdo con el Manual MSD, se suelen indicar:

Fármacos antifúngicos para la piel o vía oral.
Los medicamentos tópicos pueden contener imidazol, naftifina, ciclopirox o terbinafina. Suelen colocarse dos veces al día por varias semanas, hasta que desaparezcan las manchas y la erupción.
El tratamiento no termina cuando la erupción desaparece. Es necesario mantener la medicación por 7 o 10 días, después de erradicar las manchas, para impedir que regrese.

La duración y tipo de tratamiento es algo que solo podrá indicarte el especialista médico.

Medidas para evitar la tiña en la piel

A los dermatofitos les gustan las zonas cálidas y húmedas. Pueden estar en la ropa sucia, en las toallas usadas, en los cepillos de pelo o en todo tipo de superficies, incluyendo duchas, saunas y piscinas.

Para evitar la tiña en la piel, la AEDV recomienda estas pautas claves:

No compartas objetos personales, deportivos o de trabajo, como toallas, ropa, cepillos, zapatos, sombreros, cascos. Enseña también a los niños a no hacerlo.
Mantén limpia tu piel, manos y uñas.
Evita sudar en exceso y no dejes tu cuerpo húmedo por mucho tiempo.
Dúchate a diario y sécate muy bien al salir del baño. Ponte ropa limpia y no emplees prendas ya sudadas.
Cambia tu ropa interior y calcetines a diario.
Utiliza calzados que dejen que tus pies transpiren. No compartas zapatos.
Evita ir con los pies descalzos por áreas públicas, gimnasios o vestuarios.
Seca bien los pies, sobre todo entre los dedos, después de la ducha o nadar.
Usa limpiadores antisépticos en las superficies de la casa.