El término conocido como baby-led weaning (BLW) ha inundado Internet en los últimos años. Esta forma de alimentación se ha convertido en toda una revolución en el mundo de la Pediatría. En España, este método se conoce por su nombre original en inglés y como alimentación complementaria dirigida por el bebé.
El objetivo del BLW es promover que el bebé comience a participar en las comidas familiares y que sea él el que elija qué alimentos desea tomar. Esta tendencia busca desplazar el uso de papillas o comidas trituradas en la alimentación del pequeño. Su objetivo es complementar la alimentación con leche maternal o de fórmula con otros alimentos previamente cocinados, como pueden ser verduras hervidas.
Los expertos de la Asociación Española de Pediatría(AEP) ponen de ejemplo que, durante los primeros meses de vida, el bebé es el que marca sus horarios de comida. Indicando a la madre cuando quiere pecho y cuando está ya saciado.
Por ese motivo, explican que “los bebés amamantados aprenden a regular la cantidad que comen en función de sus necesidades, lo que les protege frente a la obesidad. Además, van probando lo que come su madre y se adaptan en seguida a la comida normal de la familia. Si mientras es pequeño se le permite que ponga el horario, ¿por qué no probar a hacer lo mismo cuando se trata de otros alimentos?”.
Además, este efecto regulador cuenta con base científica ya que un estudio realizado por dos especialistas en Psicología de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, demostró que los bebés destetados a través del baby-led weaning “aprenden a regular su ingesta de alimentos de una manera que conduce a un índice de masa corporal más bajo y a una preferencia por alimentos saludables como los carbohidratos. Esto tiene implicaciones directas en la lucha contra el aumento de la obesidad en las sociedades contemporáneas”.
Para comenzar a realizar este modelo de alimentación, los expertos de la AEP explican que debe empezar cuando el bebé tenga al menos seis meses y ya pueda mantenerse erguido en su silla. Sin estar, en ningún momento, en una posición inclinada hacia atrás.
Los alimentos que recomiendan para esta técnica de baby-led weaning son los siguientes:
Uno de los principales miedos de los padres con este método es el posible atragantamiento del bebé. Por eso, los expertos recomiendan que el bebé esté vigilado en todo momento. Además, piden que se eviten alimentos como frutos secos, aceitunas, manzanas crudas o zanahorias partidas en rodajas.
En los casos en los que la maduración del bebé sea más lenta, los especialistas recomiendan retrasar la introducción de este sistema hasta que el pequeño esté preparado.
También explican que aquellos que hayan sido alimentados con leche de fórmula pueden tardar más tiempo en acostumbrarse, ya que están acostumbrados a que el sabor siempre sea el mismo. En cambio, la leche materna va cambiando, dependiendo de los alimentos que ingiera la madre. Esto hace que los bebés con alimentación materna tengan más predisposición a aceptar antes este sistema.
Por último, los expertos recomiendan que no se sustituyan las tomas con leche de fórmula o materna. Recuerdan que esto es un método de alimentación complementaria y no sustitutivo.
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