Ha pasado más de un año desde que el coronavirus Covid-19 irrumpiera en nuestras vidas, pero todavía son muchas las incógnitas abiertas respecto al virus causante de la pandemia mundial. Entre los aspectos aún por descifrar se encuentra el motivo por el que no todos los pacientes desarrollan los mismos síntomas o lo hacen con tiempos diferentes. En ese sentido, cada vez son más las investigaciones que apuntan a un elemento alejado de lo puramente respiratorio pero estrechamente relacionado con el Covid-19: la microbiota.
El informe Una visión global de la pandemia Covid-19: qué sabemos y qué estamos investigando desde el CSIC define la microbiota como “el conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo humano de forma simbiótica y que tiene una gran influencia en la salud”. La microbiota actúa como barrera que protege al organismo frente a patógenos de de tres formas diferentes:
De las formas de protección propias de la microbiota, la consistente en modular la respuesta inmune es la más relacionada con el Covid-19. En ese campo el protagonismo recae sobre la microbiota del intestino, que contribuye al desarrollo de la mucosa intestinal y la maduración del sistema inmune desde el nacimiento.
La alteración del microbioma intestinal se da en numerosas enfermedades. Más allá de los problemas digestivos, esta afección ha mostrado relación con trastornos neurológicos, hepáticos o ginecológicos.
Esta relación se hace especialmente significativa en el conocido como ‘eje intestino-cerebro’, término con el que se explica la relación de la microbiota con enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple. En ese sentido, un estudio publicado en la revista Nature el pasado mes de agosto apuntaba a una combinación de microorganismos en el intestino como causa de un empeoramiento de los síntomas.
Respecto a su relación con patologías pulmonares, la investigación se ha intensificado en los últimos años espoleada por la evidencia espoleada en otros ámbitos. Así, “cada vez son más los científicos y médicos que proponen la vinculación entre la microbiota intestinal y la susceptibilidad de la progresión, sintomatología y gravedad de la enfermedad que causa este coronavirus”, plantea el informe de CSIC.
El vínculo entre microbiota y coronavirus está cada vez más acotado, pero carece aún de una evidencia científica robusta que lo sostenga. Sin embargo, los ensayos clínicos destinados a estudiar su papel en la enfermedad son cada vez más numerosos.
En España, estos estudios van encaminados a concretar el papel que juega en el proceso del Covid-19 de cara a los siguientes objetivos:
En la actualidad no hay todavía conclusiones sobre si los probióticos pueden aportar ventajas a estos pacientes, aunque sí que se han puesto en marcha varios estudios clínicos para evaluar su eventual efecto. Durante los próximos meses, la comunidad científica y la clínica serán capaces de aprovechar nuevos avances en el estudio de la microbiota y de su genoma (el microbioma) que junto con las investigaciones que consideran los genes de nuestro genoma, constituirán uno de los desafíos científicos para avanzar en la comprensión de la enfermedad y de cómo manejarla en la clínica.
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