¿Por qué aparecen granos al final de la lengua?

¿Te han salido unos granos al final de la lengua y no sabes a qué se deben? En este artículo de Apoteka, te contamos por qué salen este tipo heridas en la boca y todo lo que necesitas saber para prevenirlas, así como para curarlas.

Las aftas o llagas que aparecen en la lengua o en cualquier otra parte de la cavidad oral suelen ser de carácter benigno y en la mayoría de los casos no presentan complicaciones clínicas relevantes. No obstante, resultan sumamente molestas para el paciente e, incluso, dolorosas pues -en algunas casos- pueden ocasionar importantes dificultades a la hora de beber, masticar y deglutir.

Aunque al 20 por ciento de la población le aparecen aftas orales de forma recurrente, lo habitual es que se produzcan de forma más frecuente en niños, preadolescentes, adolescentes y adultos jóvenes, reduciéndose su incidencia conforme aumenta la edad. Pueden presentar diferentes tamaños y su forma es redondeada u ovalada, con apariencia blanquecina.

Todavía se desconocen las causas por las que aparecen este tipo de granitos en la lengua, pero desde Sanitas señalan que hay algunos factores que pueden actuar como desencadenantes:

Morderse la lengua accidentalmente
Falta de sueño
Estrés
Acidez gástrica con reflujo
Tabaquismo
Consumo de bebidas ácidas
Alteraciones hormonales en la mujer
Deficiencia de las vitaminas C, B12, así como de ácido fólico o minerales como hierro y zinc
Consumo de algunos fármacos

Con todo, cabe destacar que las aftas orales no son contagiosas y, a veces, desaparecen solas. No obstante, también se puede llevar a cabo una serie de tratamientos farmacológicos para aliviar el dolor y eliminarlas lo antes posible.

Tratamiento para los granos al final de la lengua

Según explican los farmacéuticos Ramón Bonet y Antonieta Garrote en una publicación de Elsevier, la evolución de estas llagas en la boca es centrífuga, lo que implica que la úlcera aumenta de tamaño hasta alcanzar un diámetro máximo en un plazo variable de 24 horas a una semana.

Asimismo, declaran que remiten a los 7-14 días de evolución, de forma espontánea y sin dejar cicatrices, "excepto si las lesiones son resultantes de un proceso crónico o se ha producido una sobreinfección de la lesión original", concretan.

Como ya se ha mencionado, su síntoma más característico es el dolor localizado, aunque en las formas más severas también puede aparecer fiebre, ganglios inflamados y malestar general.

Mientras, el tratamiento de aquellas aftas bucales no complicadas -según indican los mismos profesionales- será siempre local y centrado en tres ejes:

Antiinflamatorios y anestésicos locales para disminuir el dolor y la inflamación
Ácido hialurónico y protectores locales de la mucosa para favorecer el proceso de cicatrización y la regeneración de tejidos afectados
Antisépticos bucales tópicos y antibióticos con el objetivo de prevenir complicaciones (sobreinfección de las úlceras) y nuevos brotes

Con todo, insisten en que cualquiera de estos tratamientos debe ir acompañado de unas medidas higiénicas generales que permitan la efectividad terapéutica, como son:

Lavarse cuidadosamente las manos antes de manipular la zona afectada
Enjuagarse la boca con el fin de eliminar cualquier residuo que hubiera en la cavidad bucal
Usar siempre que sea posible aplicadores o torundas de un solo uso
Evitar la ingesta de alimentos y/o bebidas hasta pasado un cierto tiempo desde la aplicación del fármaco