El dolor lumbar es muy frecuente y una de las principales causas de consulta en Atención Primaria. De hecho, un 85 por ciento de las personas que han tenido un esguince lumbar tienen un riesgo muy alto de volver a padecerlo. Aunque el cuadro se resuelve espontáneamente en un porcentaje elevado de casos, a veces puede ser necesaria una intervención quirúrgica para solucionarlo.
Los expertos definen la lumbalgia o esguince lumbar como la sensación dolorosa circunscrita a la columna lumbar que impide su movilidad normal. Además, dentro de la misma, existen dos tipos: se denomina lumbalgia aguda si dura menos de tres meses y crónica a partir de este límite temporal cuando se acompaña de intolerancia al esfuerzo, con o sin afección de las extremidades inferiores.
Según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac), el dolor de espalda constituye, por orden de frecuencia, el primer problema de salud crónico en España, muy por delante de patologías como la hipertensión arterial, la artrosis, la artritis o el reumatismo.
Se pueden encontrar distintos dolores de espalda en función del nivel de la columna vertebral que afecte: cervical, dorsal y lumbar. En el caso concreto de este último, los mismos especialistas detallan que "con el paso de los años tiene lugar un proceso degenerativo en la columna lumbar". "A menudo este proceso degenerativo causa dolor, e incluso alteraciones neurológicas, por lo que la prevalencia de la lumbalgia se incrementa con la edad", añaden.
En cuanto a los tratamientos farmacológicos disponibles para aliviar las molestias, Semergen y Sefac recuerdan que en el dolor agudo de espalda la terapia se basa en el uso de analgésicos y antiinflamatorios.
Mientras, el Servicio Gallego de Salud (Sergas) advierte de que "en determinados casos" puede ser necesario emplear relajantes musculares para eliminar la contractura y el espasmo. Pero insiste en que los medicamentos deberán ser recetados por el médico, evitando siempre la automedicación.
Y, aunque defiende que el lumbago también puede tratarse con reposo, limita éste a los primeros momentos con dolor intenso al moverse, generalmente entre dos y cuatro días. "No es eficaz permanecer en cama durante mucho más tiempo", advierte. "Se sabe que es beneficioso para los pacientes mantenerse activos: mejoran más rápido los síntomas y disminuye el riesgo de que se haga crónico", añade.
Por otro lado, también recomienda la aplicación de calor moderado en la zona, ya que puede ayudar a mejorar la incomodidad y el dolor, teniendo cuidado para no provocar quemaduras en la piel.
Desde MSD y el Sergas indican que el riesgo de desarrollar lumbalgia también se puede reducir cumpliendo estas indicaciones:
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