La sexualidad desempeña un papel fundamental en nuestras vidas. Aunque, en general, tenemos la idea de que el sexo está relacionado con adolescentes o jóvenes, este tema también es un componente significativo en edades más avanzadas. En este artículo de Apoteka, hablamos sobre la frecuencia de las relaciones sexuales a los 45 años y cómo se trata este asunto en esta etapa concreta de la vida.
Diferentes estudios científicos han reflejado que, a medida que vamos envejeciendo, las relaciones sexuales en pareja son peores. No obstante, otra investigación realizada en conjunto por la Universidad de Minnesota y la Universidad Estatal de Nueva York corrobora que la mayoría de los hombres y mujeres de más de 60 años de Estados Unidos tienen relaciones sexuales satisfactorias de forma muy frecuente. De hecho, se llega a afirmar que la mayoría hasta lo llegan a realizar dos o tres veces por día, más que muchos adultos jóvenes.
Con todo, cabe destacar que a partir de estas edades comienzan a manifestarse ciertos signos biológicos que, quizás, las hacen menos placenteras. Como afirman expertos de Elsevier, las disfunciones sexuales suelen asociarse con comorbilidades médicas como los factores de riesgo cardiovascular, que también son más prevalentes en la vejez.
En este apartado, también se puede incluir, por ejemplo, a la menopausia, que suele comenzar aproximadamente entre los 45 y los 55 años. Una etapa de la vida de la mujer que marca el fin de la edad fértil y trae consigo cambios físicos y psicológicos que pueden hacer menos apetecible las relaciones sexuales.
Igualmente, se produce sequedad en la zona vaginal por un descenso del nivel hormonal que puede provocar que el sexo sea doloroso e insatisfactorio. Además, los cambios hormonales pueden presentarse también como:
No obstante, cabe destacar que -como señalan desde la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM)- mantener relaciones sexuales durante el climaterio ofrece los siguientes beneficios:
Mientras, los hombres pueden manifestar problemas como disfunción eréctil, considerado como el principal problema de limitación sexual entre varones, con un pico en mayores de 70 años.
Como explican desde Elsevier, la función sexual es multifactorial y en ella intervienen aspectos físicos, psíquicos, sociales y culturales. También se asocia a características demográficas, comportamiento, grado de educación, la actividad física, la relación de pareja y la duración del matrimonio, "factores que tienen un gran impacto en la función sexual y que pueden afectar a la respuesta sexual, el deseo, la lubricación y el orgasmo".
"En el caso de los adultos mayores, la existencia de cualquier manifestación sexual es negada o rechazada incluso por ellos mismos. Gran parte de estas reticencias a pensar en el sexo en edades avanzadas derivan de años atrás donde el sexo tenía como objetivo la reproducción y la mujer desempeñaba un papel totalmente pasivo en las relaciones sexuales", añaden.
Sin embargo, puntualizan que -según diversos estudios- los adultos mayores continúan participando en varias actividades sexuales, como el coito vaginal, el sexo oral y la masturbación, incluso en la octava y novena décadas de vida.
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