Infusiones para adelgazar y perder peso de forma natural

En la lucha contra esos kilos de más, el uso de plantas medicinales es uno de los recursos más solicitados. En este artículo de Apoteka, te contamos qué infusiones puedes tomar para bajar de peso.

Los preparados para ayudar a modelar la figura y disminuir el peso corporal han crecido durante los últimos años. No obstante, desde Elsevier apuntan que "adquirir los medicamentos y los complementos dietéticos para reducir peso en la farmacia es un aval de su seguridad, ya que los consejos que acompañan a cualquier dispensación incrementarán el éxito del tratamiento".

En el caso concreto de la fitoterapia, los mismos expertos señalan que las plantas medicinales son una ayuda complementaria en casos de sobrepeso. En la actualidad, además de las plantas secas en infusión, se emplean también en forma de cápsulas, jarabes o extractos, lo que ofrece una amplia posibilidad de tratamientos porque:

• Disminuyen la ingestión de alimentos por pérdida del apetito
• Favorecen la eliminación de líquidos mediante drogas diuréticas
• Dificultan la absorción de grasas, reduciendo su acumulación e impulsando su degradación
• Facilita la eliminación de sólidos

Infusiones para bajar de peso

Las plantas utilizadas para reducir el peso corporal se pueden clasificar según su mecanismo de acción en los siguientes dos grandes grupos:

• Plantas de acción directa, las cuales estimulan el metabolismo y/o modulan el apetito
• Plantas de acción indirecta, que favorecen la pérdida de peso por sus efectos diuréticos o laxantes, así como inhiben la absorción de ciertos nutrientes de la dieta

Dentro de la primera clasificación se encuentran los siguientes subgrupos:

• Inhibidores del metabolismo de nutrientes. Aquí entran las plantas ricas en taninos y otros principios activos como el ácido hiroxicítrico, impidiendo la transformación total de los nutrientes ingeridos, especialmente glúcidos y lípidos. El tamarindo malabar y la hoja de té verde pertenecen a esta categoría.
• Estimuladores del metabolismo lipídico. Estas plantas incluyen principios activos que interfieren en la digestión y dificultan la absorción de las lipasas a nivel intestinal e incrementan la termogenia, provocando un mayor gasto energético. Dentro de esta familia, encontramos plantas ricas en cafeína como el té verde o el guaraná.

Mientras, las plantas de acción indirecta se dividen de la siguiente forma:

• Diuréticas. Estimulan la eliminación de líquidos corporales a través de la orina. "La reducción de peso es muy espectacular y rápida, por lo que se suelen utilizar para estimular el estado psicológico de la persona en el inicio del tratamiento", indican en Elsevier. No obstante, su efecto adverso más grave es que pueden perderse una gran cantidad de electrolitos y sales minerales. Entre las más utilizadas están el ortosifón o té de Java, el abedul, el equiseto, la ortiga, el diente de león, el grosellero negro, la pilosela, etc.
• Laxantes. Los laxantes estimulantes (frángula, sen, cáscara sagrada, etc.) favorecen la evacuación al incluir principios activos irritantes de la mucosa del intestino delgado y favorece una importante pérdida de líquidos. Por otro lado, los laxantes llamados formadores de masa fecal (fibras, gomas y mucílagos) basan su efecto en el hinchamiento derivado de su hidratación. Tienen un efecto saciante, facilitan el tránsito intestinal, ralentizando/disminuyendo la absorción de grasas y azúcares.
• Inhibidores de la absorción de hidratos de carbono y grasas. Contienen principios activos fitoterápicos y, por tanto, tienen consideración de productos sanitarios. Uno de los exponentes de este grupo es el clavitanol.

¿Cómo preparar una infusión?

Desde Sanitas afirman que, para extraer todas las propiedades de las infusiones, solo hay que calentar el agua hasta que empiece a hervir y, posteriormente, echar la infusión (ya sea en bolsa o colocando las plantas en un  filtro). Después, taparla durante los minutos que indique la etiqueta, ya que variarán según los ingredientes. También es recomendable ingerirla sin azúcar y, en caso de añadir leche, que ésta sea desnatada o semidesnatada para evitar un mayor consumo de grasas.