Melasma o manchas en la cara durante el embarazo
La mayoría de embarazadas sufren un aumento generalizado de la pigmentación.
Las máculas aparecen en la frente, las mejillas, el labio superior y el mentón
Todas las mujeres sufren de manera más o menos acusada cambios fisiológicos en la piel durante el embarazo a causa de la nueva situación endocrina, hormonal e inmunológica que supone la gestación. En este artículo de Apoteka, te explicamos por qué aparecen manchas en la cara durante el embarazo y qué se puede hacer para que desaparezcan.
La mayoría de las embarazadas sufren un aumento generalizado de la pigmentación durante la gestación, que se atribuye a un aumento de los valores de hormona melanocito-estimulante, de estrógenos, y posiblemente de progesterona.
Precisamente, como apuntan los expertos en una publicación de Elsevier, entre un 13 y un 75 por ciento de las gestantes presenta unas máculas irregulares, bien delimitadas, simétricas en la frente, las mejillas, el labio superior y el mentón, que se conocen con el nombre de melasma o cloasma. "Patogénicamente se asocia con un estímulo hormonal de la melanogénesis, y se ve claramente influenciado por la radiación ultravioleta, que suele suponer la persistencia del cuadro después del parto", explican.
No obstante, desde Sanitas concretan que -además de los cambios hormonales que se producen durante el embarazo- hay distintos factores que pueden contribuir a desarrollar manchas en la cara y son los siguientes:
- Predisposición genética
- Efectos secundarios de la toma de anticonceptivos y fármacos de reemplazo hormonal
- Consecuencias de aplicar productos de cuidado facial que irritan la piel
"En muchos casos, la coincidencia de varios de estos factores puede hacer que se mantenga o agrave el proceso”, advierten los profesionales.
Cómo combatir las manchas en la cara en el embarazo
Como ya hemos comentado en otras muchas ocasiones, la gestación es un período en el que se producen grandes cambios en el cuerpo de la mujer. De hecho, se puede observar un aumento generalizado de la pigmentación en la piel que, en algunos casos, no es nada estético y puede afectar a la autoestima de la embarazada.
El melasma, indican los mismos especialistas de Elsevier, es una hiperpigmentación melánica que se presenta con máculas irregulares, simétricas y bien delimitadas que se localizan principalmente en la frente, mejillas, labio superior y mentón. "La distribución de las lesiones hiperpigmentadas recuerda a la forma de una cruz de Malta", detallan.
Aunque una vez aparecido el melasma, su eliminación es difícil, después del parto las lesiones pueden llegar a desaparecer. En este sentido, recuerdan que las técnicas para lograr este objetivo son:
- Tratamientos blanqueantes, como la hidroquinona, el ácido azelaico, el ácido kójico y el ácido ascórbico, a veces asociados entre sí o combinados con tretinoína, ácido glicólico e hidrocortisona
- Peelings o exfoliaciones químicas
- Láser, principalmente el de rubí Q-switched
"Dependiendo de si el pigmento se acumula en la epidermis o en la capa dérmica el resultado del tratamiento despigmentante será más o menos eficaz", matizan. Asimismo, subrayan que "durante y después del tratamiento es fundamental usar fotoprotección" a diario y recuerdan que este cosmético es el "único" recomendado en el período de la gestación. Igualmente, comparten que se puede buscar la sombra y utilizar ropa y complementos protectores, como sombreros y gorras.