¿Qué efectos produce el diazepam en el embarazo?
El diazepam se receta a personas con síntomas de ansiedad, agitación y tensión psíquica.
Los expertos recomiendan valorar el beneficio/riesgo de tomar medicamentos durante la gestación
El diazepam es un fármaco que tiene efectos tranquilizantes, sedantes, relajantes musculares y anticonvulsivantes. Los médicos se lo recetan a aquellas las personas que presentan síntomas de ansiedad, agitación y tensión psíquica producidos por estados psiconeuróticos y trastornos situacionales transitorios. Como explica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), pertenece al grupo de medicamentos denominados benzodiacepinas y puede generar dependencia.
Su uso durante el embarazo, especifica, está limitado a las indicaciones del médico. Así, la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) recomienda que en el caso de tener que utilizar medicamentos durante el embarazo "siempre" se individualiza el beneficio/riesgo de la paciente, "valorando el riesgo de no tratar a la embarazada y la información disponible sobre el medicamento".
En este sentido, el mismo organismo subraya que la peligrosidad varía en función de la duración del tratamiento y del momento en el que se produzca la toma del medicamento, siendo el primer trimestre el de más riesgo. Por ello, defienden que "en el embarazo y la lactancia la recomendación general es valorar el empleo de las medidas no farmacológicas como primera opción".
No obstante, según un documento del Ministerio de Sanidad, el uso de medicamentos durante el embarazo es "una circunstancia frecuente". Aproximadamente el cinco por ciento de las embarazadas tienen que tomar algún medicamento que tomaban con anterioridad a la gestación por padecer algún tipo de trastorno crónico (patología psiquiátrica, diabetes mellitus, asma bronquial, etc.) y diversos estudios ponen en evidencia que más del 80 por ciento de las gestantes utilizan algún fármaco a lo largo de su embarazo.
¿Puedo tomar diazepam durante el embarazo?
El embarazo supone una etapa especial desde el punto de vista terapéutico tanto por la frecuencia de la toma de fármacos durante dicho periodo como por las repercusiones que dicha toma puede ocasionar. "Durante la gestación se producen una serie de cambios fisiológicos y farmacocinéticas que pueden alterar tanto la eficacia como la seguridad de los mismos. Además, la mayoría de los fármacos habitualmente empleados atraviesan la barrera placentaria pudiendo interferir el desarrollo embrionario", apuntan desde el Ministerio de Sanidad.
El embarazo supone una etapa de cambios que puede ocasionar un estrés emocional que puede desembocar en situaciones de ansiedad y/o depresión. De hecho, afirma la misma institución, los trastornos del estado de ánimo son motivo frecuente de consulta.
Por ello, en el caso concreto de las benzodiacepinas, este organismo coincide en que debe realizarse tras "una valoración cuidadosa del beneficio/riesgo" tanto para la madre como para el feto, ya que su empleo se asocia con malformaciones cardiovasculares y urogenitales.
Sin embargo, señala que en caso de necesidad de empleo de algún fármaco de este grupo terapéutico, se aconseja la utilización de diazepam porque "es la benzodiacepina con la que se tiene mayor experiencia en su uso".
Peligros del diazepam en el embarazo
El Servicio Gallego de Salud (Sergas) reconoce que los ansiolíticos e hipnóticos más utilizados en la población general son las benzodiazepinas, si bien son los menos necesarios para prescribir en el embarazo de forma continua. De este modo, recomienda instaurar intervenciones no farmacológicas como la terapia conductual para trastornos de ansiedad porque las benzodiazepinas, alerta, conlleva los siguientes riesgos:
- Durante el primer trimestre se ha relacionado con labio leporino y otros defectos del paladar
- En el tercer trimestre pueden provocar depresión respiratoria, hipotonía, somnolencia y síndrome de abstinencia en el recién nacido
Mientras, en el caso concreto del diazepam, indica que algunos estudios han sugerido un riesgo incrementado de malformaciones congénitas.