¿Sabes qué es el sarro? En este artículo de Apoteka, te contamos todo lo que necesitas saber para prevenirlo y lucir unos dientes sanos y limpios.
El sarro, también llamado cálculo dental o tártaro, es el resultado de la calcificación de la placa bacteriana tras la acumulación de minerales en los bordes de las encías o bajo las mismas.
Aunque la placa es invisible, una vez que se empieza a depositar una película de sustancias minerales sobre ella adquiere la tonalidad marrón o amarillenta característica del sarro.
Concretamente, según explican desde Sanitas, el sarro tiende a acumularse especialmente en las zonas de la boca cercanas a la salida del conducto de las glándulas salivales, como detrás de los dientes delanteros inferiores y en la parte posterior de los dientes superiores.
De hecho, estos agentes patógenos son los responsables de dos de los problemas bucodentales más frecuentes entre la población general: la caries y la enfermedad periodontal (gingivitis, periodontitis o piorrea). No obstante, puede prevenirse llevando a cabo una correcta higiene bucal.
Los mismos expertos señalan que la medida preventiva más eficaz es seguir unos hábitos correctos de higiene bucal, tanto de las piezas dentales como en las estructuras periodontales, así como agendar una serie de revisiones y limpiezas bucodentales periódicas.
En este sentido, indican que la mejor forma de cepillarse los dientes es cumpliendo estos pasos:
Por otro lado, en Elsevier advierten de que una vez que se ha formado el sarro, éste no puede eliminarse con el cepillado corriente ni ningún otro tratamiento que se pueda practicar desde casa.
En este sentido, declaran que es necesario realizar una tartrectomía para eliminar la placa bacteriana y el sarro depositado en las piezas dentales, algo que no necesita anestesia. Sin embargo, en bocas que requieran una mayor intervención será necesario recurrir a un curetaje y un alisado radicular, unas intervenciones en las que se facilita el pulido de la superficie de la raíz; se permite la readhesión de la encía al diente y la reducción de las bolsas periodontales, que sí precisan anestesia local.
Con todo, ambas técnicas utilizan equipos de ultrasonido que causan, por vibración, el desprendimiento de los cálculos de la pared dental.
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