Los bebés no tienen un ritmo regular de sueño hasta el sexto mes de vida. De hecho, el llanto nocturno es característico durante los primeros tres meses, pero aquello no significa que sufra una crisis de sueño. En este artículo de Apoteka te contamos cómo duermen los más pequeños y qué rutinas debes seguir para que el sueño sea totalmente placentero y reparador.
Como explica la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante los primeros seis meses de vida los bebés se despiertan a menudo. En esta etapa, el crecimiento es muy rápido y lo más probable es que pidan el pecho o el biberón con frecuencia para saciar sus necesidades. Por ello, es preferible no encender la luz ni jugar con el bebé para que vuelva a dormirse lo antes posible.
Un proceso que varía en función de si se está amamantando o se está tomando leche de fórmula. En el primer caso, los bebés tardan más tiempo en establecer un patrón de sueño prolongado durante la noche. Mientras que con la lactancia artificial, es posible que las pausas nocturnas sean más largas.
Con todo, los pediatras indican que estas interrupciones no son "perjudiciales" porque cumplen con "el modelo natural de desarrollo del ser humano". Además, la farmacéutica Susana Suárez Sanz recuerda que, tanto en niños como en adultos, se producen cada noche una serie de despertares nocturnos (menos de 30 segundos) que interrumpen el sueño y no suelen recordarse al día siguiente.
En los lactantes pueden ser cinco u ocho despertares, después de los cuales esperan encontrarse en la misma situación en la que se hallaban cuando se quedaron dormidos. "De ahí la importancia de que un niño pequeño empiece siempre su sueño nocturno en su cuna o en su cama y no en otros lugares", añade.
Durante sus primeros meses de vida, el bebé pasa gran parte del tiempo durmiendo. Para empezar a educarle sobre el sueño, la experta recomienda seguir estas indicaciones hasta el tercer mes:
Por otro lado, la AEP recuerda que es normal que los niños tarden en dormirse alrededor de 20-30 minutos y, en este tiempo, no es aconsejable que los padres estén presentes. No obstante, indican que si el pequeño comienza a llorar es importante calmarlo en brazos y después devolverlo a la cuna. "Siempre se debe atender al llanto del bebé", subraya.
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