Existe un sinfín de situaciones para sufrir quemaduras. Así, se encuentran aquellas provocadas por el sol, el fuego o por la simple salpicadura de agua hirviendo o el vaho que la misma desprende. Entre toda esta gama de posibilidades y escenarios de riesgo, en Apoteka abordamos qué puedes hacer para curar las quemaduras con aceite.
Las quemaduras son las lesiones que se producen en la piel como consecuencia de la acción de agentes físicos, térmicos o químicos que ocasionan la destrucción celular de la dermis, de sus anexos e incluso de los tendones y músculos.
Además, las quemaduras ocasionan edema y pérdida de líquidos debido a la destrucción de los vasos sanguíneos que quedan afectados. De hecho, hay distintas circunstancias que originan este tipo de afecciones. La farmacéutica Laura González Bosquet las agrupa del siguiente modo en un artículo de Elsevier:
- Quemaduras solares.
- Quemaduras por contacto accidental con líquidos a temperaturas elevadas. Los líquidos calientes se extienden con rapidez por la superficie cutánea penetrando con facilidad hasta capas más profundas. "Los líquidos de naturaleza grasa (aceites) son todavía más dañinos, puesto que poseen una mayor adherencia a la piel", advierte.
- Quemaduras por vapores y gases.
- Quemaduras por sustancias químicas. Hay que tener especial precaución con los productos de limpieza de uso habitual, en particular los que contienen amoníaco o decolorantes, puesto que pueden ocasionar lesiones graves en los ojos y en la piel. Y en el caso de que ésta se produzca con una sustancia alcalina, no debe ponerse la piel en contacto con el agua, ya que puede producir quemaduras.
- Quemaduras por electricidad o por fuego directo. Deben ser tratadas por un especialista, ya que, a pesar de que en ocasiones parecen de carácter leve, pueden originar lesiones internas graves.
Tratamiento de las quemaduras con aceite
Excepto las de los dos últimos grupos, que necesitan un tratamiento especial, el resto de quemaduras, también las ocasionadas por aceite, se deben curar siguiendo estos pasos, según explica la misma especialista:
- Asegurarse de que la causa de la quemadura ha sido eliminada, alejando a la persona de la fuente de calor.
- En ningún caso debe aplicarse hielo directamente sobre el área quemada, puesto que podría aumentar el daño a la piel.
- Tampoco se recomienda aplicar pomadas o ungüentos, especialmente aceites, ya que aumentan el calor en la zona y con ello agravan el proceso y predisponen a que se produzca una infección.
- Es aconsejable enfriar el área quemada con la aplicación local de frío, por ejemplo mediante agua fría, procurando que el chorro de agua no incida directamente sobre la zona quemada.
- También puede sumergirse el área afectada o enfriarse con compresas frías, este proceso disminuye la hinchazón al absorber el calor de la piel.
- Retirar los restos de piel muerta y limpiar con jabón y abundante agua con suavidad.
- Si la quemadura es de segundo grado, nunca debe procederse a abrir o vaciar las vesículas o ampollas, ya que la herida podría contaminarse por microorganismos con mayor facilidad.
- Cubrir el área lesionada con un apósito ligero de gasa esterilizada con pomada para evitar que ésta se adhiera a la superficie de la herida. Este apósito evita que la quemadura entre en contacto con el aire y reduce el dolor. Puede fijarse la gasa con una venda floja.
- Puede administrarse un analgésico para reducir el dolor, teniendo en cuenta las indicaciones o contraindicaciones.
Por último, recuerda que "es recomendable siempre acudir al médico, aunque se trate de quemaduras leves, para que él nos indique el tratamiento adecuado de la quemadura, así como las medidas complementarias que deban adoptarse".