La caspa, también conocida como pitiriasis, es una descamación excesiva del cuero cabelludo que provoca que pequeños restos de piel seca de color blanquecino se desprendan. Suele aparecer en la pubertad y su incidencia va disminuyendo con la edad. Aunque no es un problema grave ni contagioso, resulta bastante molesto desde el punto de vista estético.
La caspa es visible en el cabello y la mayor parte del tiempo cae sobre los hombros o la ropa, principalmente al momento de peinarse. El cansancio, el estrés, la contaminación o el frío son factores que pueden favorecer o agravar su proliferación.
Existen distintos tipos de caspa según su apariencia y los signos que manifieste. Mientras que en algunos casos únicamente presenta un problema estético, en otros puede ir acompañada de una irritación importante del cuero cabelludo, así como de un picor más o menos intenso. A continuación, te explicamos cómo identificarla.
Según los expertos, podemos encontrar dos tipos de caspa diferentes:
Caspa seca o pitiriasis simple
Se manifiesta con escamas finas, secas, de fácil desprendimiento y que ocupan casi toda el área capilar. Es la más frecuente y suele mantenerse durante largos períodos de tiempo.
Aunque el cuero cabelludo no presenta signos inflamatorios, sí muestra sequedad y un cabello sin brillo. Los picores son mínimos o inexistentes y puede desaparecer espontáneamente o evolucionar a caspa grasa.
Caspa grasa o pitiriasis esteatoide
Las escamas son de mayor tamaño y espesas, a menudo cubiertas por una película sebácea. Por este motivo, son más aceitosas, amarillentas y pegajosas.
Se localizan sobre todo en el área del cuero cabelludo frontal, que corresponde a la zona más seborreica. En este caso, la inflamación del cuero cabelludo es habitual y los picores pueden ser más o menos intensos, llegando incluso a presentar eritema.
Como hemos señalado anteriormente, puede proceder de una pitiriasis simple o manifestarse de repente.
En cambio, los especialistas recuerdan que si la caspa aparece en otras zonas del cuerpo -como orejas, nariz o frente- son síntomas de otras patologías como la dermatitis seborreica, la psoriasis o la dermatitis atópica y, por tanto, requieren otros tratamientos.
El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona señala que la mayoría de los casos suelen controlarse con el uso de champús específicos. Cosméticos especiales que deben utilizarse de forma adecuada para cada tipo de caspa y que incorporan en su formulación sustancias antifúngicas y antibacterianas de amplio espectro y sustancias específicas como el piritionato de zinc, la piroctona olamina, el disulfuro de selenio y algunas plantas medicinales como la capuchina.
Así, para la caspa seca se aconseja un champú tratante con ingredientes anticaspa en 1 o 2 aplicaciones por semana y un champú suave de uso frecuente para la fase de mantenimiento. Mientras que para la caspa grasa se opta por un champú tratante con ingredientes anticaspa y antiseborreicos (breas vegetales, bioazufre, extracto de ortiga) en 1 o 2 aplicaciones por semana y, para el mantenimiento, un champú suave seborregulador de uso frecuente.
Se recomienda además que estos productos se apliquen realizando masajes suaves para despegar la caspa del cuero cabelludo, así como que emplee el secador con aire templado.
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