Diferencias entre colesterol bueno y malo y cómo controlarlo
El control del peso es fundamental para reducir el colesterol.
Casi un 60% de la población adulta supera los niveles recomendados de colesterol
"Tienes colesterol". Una frase lapidaria que puede revertirse si se mantiene una dieta baja en grasas, se realiza ejercicio físico y se controla desde la farmacia. En estos establecimientos disponen de diferentes productos para reducir el llamado coloquialmente "colesterol del malo", pero no existe únicamente este tipo de colesterol sino que también hay uno bueno. De ello y de otros consejos farmacéuticos hablaremos en este artículo.
"El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano necesaria para el normal funcionamiento del organismo", explican desde la Fundación Española del Corazón (FEC). "La mayor parte del colesterol se produce en el hígado, aunque también se obtiene a través de algunos alimentos", añaden.
Según estos expertos, tiene diversas funciones como: intervenir en la formación de ácidos biliares, vitales para la digestión de las grasas; proteger la piel de agentes químicos y evitar la deshidratación; y a partir de él se forman ciertas hormonas, como las sexuales y las tiroideas.
Tipos de colesterol
Para entender los diferentes tipos de colesterol, hay que conocer primero a las lipoproteínas que se dividen en dos tipos, según señalan desde FEC:
- De baja densidad (LDL): se encargan de transportar nuevo colesterol desde el hígado a todas las células de nuestro organismo.
- De alta densidad (HDL): recogen el colesterol no utilizado y lo devuelve al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis.
Es entonces cuando podemos hablar de los dos tipos de colesterol:
- Colesterol malo: el colesterol al unirse a la partícula LDL se deposita en la pared de las arterias y forma las placas de ateroma.
- Colesterol bueno: el colesterol al unirse a la partícula HDL transporta el exceso de colesterol de nuevo al hígado para que sea destruido.
¿Cómo saber si tienes colesterol? Los niveles de LDL son los siguientes: normal (menos de 100 mg/dl), normal-alto (de 100 a 160 mg/dl) y alto (por encima de 160 mg/dl).
¿Por qué tener colesterol es peligroso?
Cuando los niveles de colesterol en sangre aumentan, se produce hipercolesterolemia. Este hecho es peligroso porque las personas que tienen más de 240 de colesterol en sangre tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con cifras de 200, según indican desde la Fundación Española del Corazón.
"Si las células no pueden absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se depositará en la pared de la arteria y empezará un progresivo estrechamiento", señalan.
Casi un 60 por ciento de la población española entre 35 y 64 años supera los niveles aceptables de colesterol. Estos datos son muy preocupantes, puesto que el colesterol es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Consejos para prevenir el colesterol
La hipercolesterolemia se puede prevenir y reducir con varias recomendaciones que hacen los expertos:
- Seguir una dieta equilibrada y sin grasas saturadas. Se aconseja la dieta mediterránea y el consumo de vegetales, legumbres, cereales, hortalizas y frutas.
- Evitar alimentos con colesterol como son vísceras, carnes y embutidos, nata y mantequilla, y la bollería elaborada a partir de ingredientes lácteos o grasas animales y huevo.
- Realizar ejercicio físico a intensidad moderada como mínimo tres veces por semana. Ayudará a aumentar el HDL (colesterol bueno) y reducir el LDL (colesterol malo).
- Moderar también el consumo de alcohol, suprimir el tabaco, y favorecer el consumo de alimentos ricos en calcio, potasio y fibra.
Además, en la farmacia cuentan con productos que se pueden adquirir sin receta médica para controlar la formación de colesterol. Suelen encontrarse en formato cápsula.
Por otro lado, no solo las analíticas sirven para conocer los niveles de colesterol, también existen pruebas de diagnóstico y control en las boticas. Los profesionales farmacéuticos son conocedores de esta patología y trabajan también en la educación sanitaria en ese sentido.