El ácido láctico y las agujetas: ¿qué es cierto y qué no?

Relación entre el ácido láctico y las agujetas

Las agujetas desaparecen con el descanso y el paso del tiempo.

Suelen presentarse en sujetos no entrenados y el dolor aumenta a las 24 horas del ejercicio

Sara Cabrero
Se lee en 3 minutos

Si has entrenado de forma intensa, seguramente que no te sorprende encontrarte físicamente mal y con dolores musculares por todos lados. Es algo normal que esto suceda, especialmente si hacía mucho tiempo que no practicabas deporte o has realizado algún ejercicio nuevo. En este artículo de Apoteka, te contamos la relación entre el ácido láctico y las agujetas para desmontar todos los mitos.

Según los expertos de Elsevier, las agujetas son los dolores musculares difusos que aparecen tras ejercicio intenso y prolongado en sujetos no entrenados. De hecho, se presentan en el momento en que sometemos a la masa muscular a un sobreesfuerzo al que nuestro cuerpo no está muy habituado. "Normalmente el dolor aumenta a las 24 horas que siguen al ejercicio, para alcanzar el cénit entre éstas y las 78 horas siguientes y disminuir durante los 5-7 días posteriores a dicha actividad", detallan.

'Agujetas' es el término coloquial que se utiliza para denominar al Dolor Muscular de Aparición Tardía que, por un lado, puede ser positivo porque indica que el entrenamiento que estamos haciendo es efectivo para nuestro organismo y, por otra parte, negativo porque se evidencia que nuestra condición física es baja.

Teorías sobre el ácido láctico y las agujetas

El mito más conocido sobre su origen es que el ácido láctico, producido por un ejercicio anaeróbico de alta intensidad se cristaliza y pincha la musculatura. "Sin embargo, la teoría más respaldada en este momento es la que identifica el origen de las agujetas en las micro roturas musculares que se producen durante el entrenamiento", señalan desde Sanitas, quienes subrayan que éstas se reparan posteriormente gracias al descanso y al uso de los nutrientes.

Mientras, los especialistas de DKV defienden que el mito más extendido sobre las agujetas es que desaparecen tomando agua con azúcar. "No se sabe exactamente por qué surgió esta medida, pero es algo que no afecta en nada al dolor de las agujetas ni a su desaparición. No hay alimentos específicos o bebidas que las hagan desaparecer", aseguran.

¿Cómo evitar las agujetas?

Como hemos comentado, las agujetas son una molestia que desaparece con el descanso y el paso del tiempo y, además, permite en el transcurso de unos días reanudar la práctica deportiva con normalidad. Pero para evitarlas, Sanitas recomienda seguir las siguientes pautas:

  • Comenzar el ejercicio de forma progresiva. "Es muy importante que sigamos un principio de progresión para acostumbrar al cuerpo al nuevo esfuerzo que le estamos demandando. Dale tiempo a tu organismo para que identifique qué tipo de esfuerzo le demandas, qué músculos están implicados en el mismo y para que conozca la técnica", apuntan.
  • Calentar. Invertir al menos cinco minutos en poner el cuerpo a punto para que pueda comenzar a rendir evita agujetas y lesiones durante el entrenamiento, ya que aumenta de forma progresiva la temperatura de tu cuerpo y prepara a los músculos para la futura actividad.
  • Estirar después de entrenar. Los estiramientos favorecen la recuperación muscular y mejoran la recuperación al día siguiente.
  • Hidratarse y seguir una nutrición adecuada. "Después del entrenamiento es importante reponer el glucógeno muscular a través de alimentos ricos en hidratos de carbono", comentan. Además, añaden que una alimentación rica en aminoácidos esenciales también colabora para tener una buena recuperación. Igualmente, dicen que beber líquidos antes, durante y después del ejercicio físico evita posibles calambres y lesiones.

Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Apoteka está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.



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