¿Sabías que el ajo tiene su origen en el desierto siberiano de Kirghiz? El ajo o Allium Sativum, es una especia, de origen asiático, situada en las regiones de Asia central. Los pueblos nómadas y las rutas comerciales, pasaron el ajo a Arabia, Egipto, China y el Mediterráneo. En la antigüedad, los bulbos, gracias a sus propiedades, eran empleados en la medicina tradicional.
En Europa, esta especia no llegó hasta el siglo XVI por su interés como medicamento. El continente empezó a utilizar el ajo como panacea para el tratamiento de diversas afecciones de origen antimicrobiano, antiséptico, como remedio depurativo o en la prevención de afecciones cardíacas, entre otras muchas. El ajo previene de la aterosclerosis, enfermedad en la que se deposita placa dentro de las arterias, y está indicado para aliviar los síntomas del resfriado común
El bulbo de ajo está compuesto por componentes azufrados, especialmente por la aliína, además de proteínas, aminoácidos libres, derivados fenólicos, fibra, minerales como fósforo, potasio, azufre, zinc, y diversas vitaminas como A y C.
Según apunta la Agencia Europea del Medicamento (EMA en inglés), el ajo puede utilizarse como medicamento tradicional en la prevención de la aterosclerosis como tratamiento coadyuvante. También está indicado para aliviar los síntomas del resfriado común.
En las boticas y en el mercado encontramos preparados de ajo en múltiples formas que detallamos a continuación en este artículo.
Existen diferentes tipos de preparados de ajo, deshidratados, pulverizados y encapsulados. "Debemos tener en cuenta las diferentes presentaciones comerciales de ajo que existen en el mercado y que, normalmente, se estandarizan según el contenido de sus compuestos azufrados, y la aliína" indica el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof). Los expertos aconsejan consumirlo, en general, de la siguiente forma:
En el caso de utilizarlo para hemorragias activas o ante una operación o intervención quirúrgica "se desaconseja su uso en dosis elevadas o utilizarlo con precaución" según el Cgcof. La toxicidad del ajo es muy escasa pero debido a su efecto antiagregante plaquetario no se recomienda para este tipo de casos.
Existe una gran variedad de productos en farmacias y mercados que contienen las propiedades curativas del ajo.
Ante cualquier duda ponte en contacto con un farmacéutico o nutricionista.
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