Las mujeres retrasan cada vez más su maternidad. Razones laborales, económicas o personales se encuentran detrás de esta dilatación en el tiempo. Sin embargo, posponer esta decisión más allá de los 35 años trae consigo una serie de riesgos tanto para el bebé como para la madre. En este artículo de Apoteka, te contamos qué problemas supone el embarazo a los 50.
La edad media para ser madre ha aumentado con respecto a años anteriores. No obstante, cabe recordar que las condiciones físicas no son las mismas a los 20 que a los 50 años. Diferentes estudios confirman que la edad fértil de la mujer termina alrededor de los 47-50 años, aunque desde los 35 años la tasa de fertilidad espontánea desciende de forma rápida hasta valores del cinco por ciento a los 40 años.
De hecho, se considera 'embarazo de riesgo' a todo aquel que ocurre a partir de los 40 años porque las patologías previas o que aparecen entonces pueden empeorar por la edad y afectar al desarrollo del embarazo. Concretamente, desde la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia advierten de que quedarse embarazada a partir de los 50 años aumenta el riesgo de mortalidad, tanto para el feto como para la madre.
Según los profesionales de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), tener un hijo en una edad más avanzada puede conllevar las siguientes complicaciones:
Sobre el primer punto, detallan que la mayoría de los abortos espontáneos ocurren en las primeras 12 semanas de gestación en las mujeres de cualquier edad. "Mientras que en las mujeres de menos de 30 años, alrededor del 10 por ciento de las gestaciones finalizan en aborto, en las mujeres mayores de 40 años, alcanzan casi el 40 por ciento de los embarazos", informan.
"Es recomendable para cualquier mujer, pero especialmente en las de mayor edad, que confirmen su buen estado de salud antes de planear un embarazo", defienden. "El seguimiento del embarazo en la mujer mayor en ausencia de patología acompañante será similar al de la mujer joven, aunque precisará un control más estrecho en caso de que exista diabetes o hipertensión asociadas", matizan.
En este punto, los ginecólogos recomiendan llevar a cabo una serie de pautas para asegurar la salud del bebé y la suya propia:
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