Las pecas, en su mayoría, son benignas, es decir, son buenas y no suponen un síntoma de un trastorno de la piel. No obstante, no hay que dejar de observarlas y acudir al dermatólogo si se presentan cambios importantes en su tamaño, forma o color. En este artículo, los profesionales nos hablan de en qué casos las pecas son malignas.
"Las pecas son las manchas planas, redondeadas, de medio a un centímetro de diámetro, que aparecen en grupos numerosos en el rostro, sobre todo en mejillas y nariz, y otras partes del cuerpo de algunas personas", explican desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Habitualmente, suelen ser las zonas expuestas al sol donde aparecen. "Su color es uniforme y siempre de un tono más oscuro que la piel del individuo", añaden.
¿Quién suele tener más pecas? Los expertos señalan que las personas con fototipo bajo (entre I y II) suelen estar más predispuestos a tenerlas. Es decir, los individuos con piel clara y cabello rubio o pelirrojo.
Desde AEDV señalan que un cáncer u otra patología cutánea se puede confundir con una peca. "Las pecas suelen ser lesiones benignas, solo en casos muy raros evolucionan a un cáncer de piel", apuntan. No obstante, los dermatólogos subrayan que las pecas indican un daño producido por las radiaciones solares, así que hay que vigilarlas y utilizar fotoprotección para proteger la piel de los rayos UVA.
Por su parte, la Sociedad Americana de Cáncer detalla que para encontrar temprano un cáncer de piel es fundamental hacer autoexámenes. En concreto, hay que mirar si se encuentran:
Según los expertos, el mejor momento para examinarse es después de bañarse. Habrá que hacerlo delante de un espejo y examinar zonas como orejas, cara, cuello, pecho y abdomen.
Esta exploración debe continuar con un espejo de mano para ver los glúteos, la parte baja de la espalda o la zona trasera del cuello, entre otros. No hay que olvidar el cuero cabelludo, que se puede mirar separando el pelo con un peine o secador.
Es importante conocer que existen diferentes tipos de pecas, concretamente dos, que se caracterizan por:
"Se recomienda que las personas pecosas revisen su piel habitualmente. Si alguna de las pecas cambia su color, tamaño, forma o bordes, es imprescindible consultarlo con un dermatólogo", subrayan desde AEDV.
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