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Corporal

¿Cómo elegir la crema solar adecuada para mi piel?

El verano ya está a la vuelta de la esquina y las cremas solares empiezan a asomar en numerosos escaparates de farmacias y otros establecimientos.

Es imprescindible que todo el mundo busque la protección más adecuada para su piel, se la aplique de forma continuada y sin importar si el día está nublado o si se protege en la sombra. Esquivar el sol no es suficiente para escapar de los efectos nocivos que puede provocar en la piel.

Según explica la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), es necesario usar “como mínimo” un producto que tenga un índice de protección 15. Sin embargo, algunos expertos ya consideran insuficiente ese nivel de protección, puesto que hay que tener en cuenta que la piel sufre, aunque no se llegue a quemar.

De hecho, las farmacias cada vez dispensan menos cremas de baja protección. El farmacéutico Jorge Hernández Abadías explica el porqué: “Ahora es más difícil encontrar factores más bajos en las farmacias, sobre todo, vendemos del 50 y tenemos del 30; pero del 20 pocas, casi ni se ven. La agresividad de los rayos ultravioletas ha subido y las cremas, por ende, aumentan su protección para bloquear esa subida”.

“La piel es el órgano más expuesto al sol”

“La piel es el órgano más extenso y más expuesto. Todos somos muy conscientes de los órganos y de lo que tenemos dentro del cuerpo y, sin embargo, el exterior no lo cuidamos todo lo que se debería”, explica el farmacéutico Jorge Hernández Abadías.

Los expertos apuntan que es necesario buscar una crema que proteja de los rayos UVA (encargados del envejecimiento de la piel) y de los UVB (los que provocan quemaduras). Si se ignora el uso de los protectores solares las posibilidades de sufrir melanomas (cáncer de piel) aumentan considerablemente.

¿Qué hay que tener en cuenta al comprar una crema?

  • El paciente debe definir sus necesidades. El usuario tiene que preguntarse para qué quiere la crema, además, según el tipo de piel que tenga (mixta, grasa…) le convendrá una u otra. Solo teniendo en cuenta todos los factores se podrá comprar la crema que más se adapte a él. "Hay que tener en cuenta el fototipo de piel que está relacionado con la reacción de la misma a la radiación solar, el estado y el tipo de piel ( seca, grasa, mixta, reactiva, o si presenta patologías como rosácea, dermatitis…), la zona de aplicación del protector solar, las condiciones de exposición (urbana, playa, deporte, nieve…), la preferencia de la textura del producto y si la persona que lo demanda tiene algún tratamiento farmacológico o cosmético que pueda provocar fotosensibilidad con la exposición", destacan desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Pontevedra (Cofpo).
  • Hay que ponerse crema aunque se lleve mascarilla. Los rayos del sol traspasan las mascarillas y pueden producirse quemaduras de la misma forma. De hecho, según subraya Hernández, es todavía más importante porque “en verano se genera una condensación en la zona de la mascarilla y es un hábitat perfecto para que proliferen hongos y bacterias”, por lo que es necesario que la cara permanezca limpia e hidratada. Por su parte, Beatriz García Iglesias de Cofpo recuerda que la finalidad de las mascarillas "no es proteger del sol". "Existen mascarillas en el mercado que por su tejido y tratamiento poseen bajo FPU pero no existen estudios que confirmen que las mascarillas, independientemente del tipo que se use, protejan de la radiación solar, por lo que debemos seguir utilizando fotoprotección facial todos los días del año, con y sin mascarilla", sentencia la profesional.
  • Tiempo de aplicación previo: Basta con aplicar este producto de protección media hora antes de salir de casa para que haga su efecto y hacerlo de manera uniforme y con la cantidad suficiente. Después es fundamental repetir esta operación cada dos horas si la exposición se prolonga en el tiempo. Por ejemplo, en el caso de estar en la playa, habrá que embadurnarse de crema al salir del agua y en las horas en las que el sol tiene más fuerza (de 12:00 a 16:00).
  • Quemaduras, manchas en la piel y melanomas son las consecuencias de no utilizar cremas solares. Todo ello se puede evitar si utiliza el grado de protección suficiente y se aplica la cantidad de veces que se necesite. "Una correcta fotoprotección evitará el envejecimiento prematuro de la piel, la hiperpigmentación, quemaduras y cáncer (tipo no melanoma o melanoma), además de alteraciones en el sistema inmune y a nivel ocular", afirma Beatriz García Iglesias, Vocal de Oficina de Farmacia No Titulares de Cofpo.
  • Grupos más vulnerables. Aunque a todas las personas les afecta el impacto del sol, los niños son un grupo muy vulnerable en este sentido. En este sentido, hemos dedicado un artículo a explicar como protegernos desde la infancia. Porque la piel tiene memoria y, según los expertos, un gran número de cánceres de piel proceden de fuertes quemaduras solares producidas en la niñez. "La piel de los niños presenta una menor defensa natural frente a la radiación solar, es más fina, tiene mayor permeabilidad y sus funciones cutáneas están inmaduras", concretan desde Cofpo. Asimismo, deben tener un especial cuidado las personas muy blancas, las que estén tomando corticoides o algunos anticonceptivos; y gente con enfermedades que cursan con fotosensibilidad.
  • Zonas que más se queman: Según explica el farmacéutico Jorge Hernández Abadías, las zonas en las que la luz incide de forma más perpendicular son las más afectadas. En concreto: los hombros, la frente, el tabique nasal, la nuca, los pómulos y la coronilla (en los calvos). "Hay otras zonas como las manos, y que siempre nos olvidamos, a las que debemos extender la aplicación del fotoprotector, aunque su piel es más gruesa que la de las zonas anteriores, al estar muy expuesta se muestra más sensible al fotoenvejecimiento y éste, por tanto, se hace más visible en forma de manchas, sequedad y arrugas", concluye la farmacéutica García Iglesias.
Andrea Pérez

1994. Periodista maña. Aprendí la profesión en la redacción de Heraldo de Aragón donde trabajaba en la sección de Local y cubría, entre otros temas, Sanidad. Llegué a Redacción Médica a principios de 2021 y fui una de las primeras autoras de Apoteka, donde hablo con diversos profesionales sanitarios para acercar los problemas de salud a la población.

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