El estrés es un trastorno emocional que puede manifestarse en un sinfín de formas en nuestro cuerpo. Puede provocar contracturas musculares, problemas digestivos, migrañas e, incluso, insomnio. En este artículo de Apoteka te explicamos qué factores influyen en el dolor de garganta y averiguamos si entre ellos también se encuentra el estrés.
El dolor de garganta es una molestia muy habitual que puede implicar síntomas como carraspera o irritación e impedir digerir bien los alimentos. Normalmente, desaparece sin necesidad de tratamiento y sus causas son variables, aunque en la mayoría de los casos se debe a una inflamación de las amígdalas debido a infecciones.
Además, suele estar acompañada de dolor al tragar, garganta seca, tos y ganglios en el cuello. De hecho, a veces, el dolor llega hasta los oídos porque los nervios de la parte posterior de la faringe pasan muy cerca de los nervios del oído.
Hay un gran número de causas por las que puede producirse un dolor de garganta, pero las más comunes se reducen, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en las siguientes:
No obstante, el experto Luis Castejón Fernández añade en una publicación de Elsevier el estrés como otro factor que incide en la voz. En este sentido, detalla que el descanso vocal insuficiente, el estrés laboral o familiar, los estados de debilidad general o los malos hábitos pueden dar lugar a disfonías funcionales, que también implican dolores de garganta, entre otros síntomas:
Como señala el mismo artículo, la disfonía es la pérdida del timbre normal de la voz por trastorno funcional o alteración orgánica de la laringe. Además, es la alteración más frecuentemente tratada en las clínicas de logopedia, y los profesores son el colectivo profesional más afectado, además de otros gremios que emplean la voz como herramienta de trabajo, como periodistas, actores, teleoperadores, entrenadores, guías turísticos, abogados, etc.
Para aliviar el dolor de garganta y/o prevenirlo, ya sea por estrés u otras causas, los especialistas compartes estos consejos:
"Si el dolor no mejora hay que pensar en una infección bacteriana y deberá acudir a su médico para iniciar un estudio para ver la posible causa, para después poner un tratamiento con antibióticos", dicen desde Sanitas.
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