Carillas dentales: qué son y cuáles son sus inconvenientes
Es un tratamiento poco invasivo perfecto para solucionar defectos estéticos.
Mejoran la autoestima y su implantación no duele, pero hay que tener cuidado si tienes caries o bruxismo
Las carillas son un recurso de reparación dental que permite diseñar la sonrisa del paciente, obteniendo un resultado estético aceptable. Mediante unas láminas de porcelana o composite que cubren la cara frontal y una parte de la cara palatina del diente se pueden tapar algunos defectos de forma y color de la dentadura, incluyendo la holgura de los espacios interdentales. En este artículo de Apoteka, te explicamos en qué consisten las carillas, así como sus beneficios e inconvenientes si estás pensando en apostar por este tratamiento.
Las carillas dentales son un tratamiento mínimamente invasivo que consiste en pegar en la parte frontal de los dientes mediante cemento de resina unas láminas de porcelana o composite echas a medida y que, según publican diferentes odontólogos en Elsevier, son la solución perfecta para cuando los dientes están decolorados, erosionados, malformados y fracturados.
De hecho, señalan que "poseen extraordinarias ventajas estéticas combinadas con un grado aceptable de biocompatibilidad, resistencia a la abrasión, translucidez y estabilidad cromática y mecánica". Y agregan que, en comparación con los dientes naturales, la acumulación de placa se reduce, y por lo tanto, hay menos riesgo de inflamaciones de la encía.
Además, indican que tienen una gran capacidad de ser adheridas al diente y garantizan una larga supervivencia clínica.
¿Cuándo llevar carillas en los dientes?
Héctor Tafalla, jefe de la Unidad de Odontología de Quirónsalud Alicante, concreta que las carillas dentales están recomendadas en los siguientes casos:
- Cambios de coloración dentaria: discromías y tinciones intrínsecas (tetraciclinas, fluorosis, dientes desvitalizados, tinción por amalgama, etc.)
- Cambios de posición dentaria: se puede disfrazar la posición de dientes con rotaciones por medio de carillas
- Cierre de diastemas o pequeños espacios interdentarios
- Anomalías de forma, tamaño o volumen dentario, tanto congénitos (hipoplasias del esmalte, microdoncias y dientes conoides, etc.) como adquiridas (fracturas, atriciones, abrasiones, etc.)
- Espacios oscuros que hay entre los dientes, troneras, entre otras afecciones.
Carillas dentales: materiales y diferencias
Como hemos citado anteriormente, existen dos materiales para elaborar las mismas. Cada uno de ellos con sus ventajas y desventajas, según desarrollan desde Sanitas.
- Carillas dentales de porcelana: hechas con cerámica, son las más empleadas y, a la vez, las más caras. Sirven para recuperar la naturalidad del diente, devolviéndole la forma, el color y el tamaño deseados. Y su principal característica es la durabilidad que ofrecen.
- Carillas dentales de composite: se elaboran con una resina sintética similar a la que se usa para realizar empastes y otorgan al diente una gran naturalidad. Se utilizan para rellenar las oquedades producidas por una endodoncia y son más propensas al desgaste y a mancharse que las anteriores y, por ello, hay que reemplazarlas cada cierto tiempo.
Pros y contras de llevar carillas en los dientes
Sanitas defiende los beneficios de decantarse por esta opción, aunque subraya que hay que tener cuidado si:
- Tienes caries o sarro y te colocas carillas sin solventar antes el problema, favoreciendo así un empeoramiento de la situación
- Padeces bruxismo, abres botellas con los dientes, te muerdes las uñas o comes alimentos con cáscaras o semillas, ya que cabe la posibilidad de que puedan dañarse o erosionarse aunque el material sea "muy resistente"
No obstante, argumenta que este tratamiento estético es idóneo porque:
- Corrige defectos y mejora la autoestima
- Es rápido, en pocas sesiones se obtienen beneficios
- Aportan un aspecto natural
- Son duraderas, aproximadamente 20 años las de porcelana y entre 5-7 años las de composite
- Pueden retirarse o restaurase
- Los dientes no se dañan
- No duele