Vitamina K: propiedades y beneficios en la salud

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La vitamina K se encuentra presente en hortalizas de hojas verdes

La vitamina K juega un papel fundamental en la coagulación sanguínea y en la salud de los huesos

Sonia Navarro
Se lee en 3 minutos

La vitamina K es un nutriente indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Presente multitud de alimentos, esta vitamina juega un papel muy importante para la salud de los huesos y para la coagulación de la sangre.

Por ese motivo, es fundamental mantener unos correctos niveles de vitamina K, algo en lo que te pueden ayudar en la farmacia.

Desde la botica, la farmacéutica Raquel Izquierdo explica que existen una amplia variedad de suplementos vitamínicos con este tipo de nutriente. Estos suelen venderse en formato comprimido para tomarse de una a dos veces al día, según indique el prospecto o recomiende el profesional sanitario.

Tipos de vitamina K disponibles en farmacias

A la hora de escoger entre un suplemento u otro, la boticaria explica que existen dos tipos de vitamina K disponibles en el mercado:

  • Vitamina K1. Esta molécula, conocida como filoquinona, tiene origen vegetal y se presenta en muchos suplementos acompañada de otras vitaminas como la D.
  • Vitamina K2. Estos suplementos también se conocen por el nombre de menanoquinona y proceden de la descomposición bacteriana. Suelen ir acompañados también de otras vitaminas como la D y la B.

Alimentos con vitamina K

El cuerpo no es capaz de sintetizar vitamina K por lo que debe obtenerla a partir de factores externos. Como se indica anteriormente, la vitamina K puede llegar al organismo a partir del consumo de alimentos (como la vitamina D) o a través de la fermentación que realicen las bacterias del intestino.

Ya sea por ingesta directa o por descomposición bacteriana, es fundamental conocer cuáles son los alimentos que nos proporcionarán vitamina K para incorporarlos a nuestro menú semanal.

  • Hortalizas de hojas verdes como la espinaca, la col rizada, el brócoli y la lechuga.
  • Frutas como los arándanos azules y los higos.
  • Aceites vegetales como el aceite de oliva y el aceite de soja. Otros como el de girasol contienen esta vitamina, pero en una menor cantidad.
  • Productos de origen animal como carnes magras, huevos y lácteos fermentados como son el queso o los yogures.

Riesgo de déficit de vitamina K

Los riesgos que desencadena un déficit de vitamina K en el organismo están relacionados con problemas de coagulación y de osteoporosis. Esta última enfermedad afecta mayoritariamente a las mujeres en la menopausia, por lo que mantener unos niveles óptimos de vitamina K ayuda a evitar que se destruya más rápidamente la masa ósea de los huesos.

En este sentido, desde el Instituto de Salud Pública de Estados Unidos afirman que diferentes estudios han demostrado que las personas que consumen alimentos ricos en vitamina K tienen huesos más fuertes y menos probabilidades de romperse la cadera en comparación con las que tienen una dieta pobre en esta vitamina.

Aún así, destacan que se necesitan más investigaciones en este campo para determinar el tipo de relación que existe entre las fracturas de huesos en determinadas edades y los niveles bajos de esta vitamina.

Tan importante es esta vitamina que, en muchos hospitales, se ha comenzado a administrar vacunas de vitamina K a los recién nacidos, según señalan desde este Instituto.

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